viernes, 23 de septiembre de 2016

Magdalenas de trigo sarraceno y plátano



La receta de hoy es sencilla, rápida y sana; para tener algo dulce que tomar en el desayuno, para la merienda o en la gula de después de comer. 
En principio los iba a hacer sencillos, pero como me sobraron grosellas del postre anterior, decidí metérselas. Pero mi marido le puso a las suyas chocolate negro y mi hija chocolate blanco y todas salieron buenísimas ¡¡Espero que disfrutéis mucho!!


INGREDIENTES
  • 1 cucharadita de plantado ovata molida (psyllium)
  • 1/2 sobre de levadura (3,5 gr)
  • 150 gr de trigo sarraceno
  • 110 ml de leche de arroz 
  • 20 ml de aceite
  • 2 cucharadas de miel
  • 2 plátanos maduros
  • 1 huevo
  • canela


PROCEDIMIENTO

Comenzamos encendiendo el horno a 200ºC. A continuación, como siempre, aconsejo mezclar por un lado los ingredientes secos y por otro los húmedos. Pero antes, ponemos en un vaso los 110ml de leche de arroz (puedes usar cualquier leche vegetal o animal) con la cucharadita de plantado ovata molida durante 10’.
En un cuenco grande, ponemos los 150 gr de harina de trigo sarraceno y el medio sobre (de 7gr) de levadura y canela al gusto. Remueve bien y deja a un lado.
En otro cuenco, bate el huevo y échale la miel. Si no quieres miel, puedes usar panela, azúcar o el edulcorante que suelas utilizar.
Remueve bien hasta que la mezcla quede homogénea. Añade el aceite. Una vez que haya pasado los 10’ el plantado ovata a remojo en la leche, viértelo todo en el cuenco con el huevo. 
A continuación, corta en rodajas los plátanos y añade a la mezcla húmeda. Remueve y chafa los trozos para conseguir que la mezcla tenga aspecto de papilla. Yo lo hice con las varillas (manual). Si te resulta más fácil con el tenedor, también puedes. Una vez bien chafado, añade la mezcla seca y remueve hasta quedar lo más homogénea posible. Quedarán grumos del plátano, no pasa nada.

Bueno, yo tengo unos moldes individuales de silicona estupendos, pero si no tienes, necesitarás los papelitos típicos (blondas) o cortar papel de horno en cuadrados y meter en un molde rígido para magdalenas. Su finalidad es evitar que la blonda se abra y la masa se expanda en el horneado ¡Sin él no podrás hacerlas! A no ser que tengas las de silicona.
Llena los moldes hasta un dedo antes de llegar al borde para que no se salgan al subir.
Puedes ahora decorarlos con frutos secos, trozos de chocolate, frutas…húndelos un poco o hasta adentro con un palillo. Que no sean trozos muy pequeños (sobre todo si son frutos secos) porque se pueden quemar. También los puedes dejar sin nada, solos están también muy buenos.

Mételos en el horno a media altura, déjalos a 200ºC los primeros 10’, luego baja la temperatura a 185ºC aproximadamente durante otros 10’/15’ más. Depende de cada horno, puede que se hagan antes o después del tiempo que digo. Si veis que tiene buen color y ya no sube más, hacedle la prueba del palillo. Si sale limpio, es que ya está.

Dejad enfriar un poco y …¡Listo para servir!




sábado, 17 de septiembre de 2016

Bizcocho de harina de castañas y teff con grosellas




Os presento mi primera experiencia con harina de castaña. Me había interesado por ella estando en España, pero renuncié a utilizarla cuando descubrí lo cara que era. Por suerte, ahora, puedo encontrar en cualquier supermercado de este precioso país, Italia, a mejor precio. Aunque no es extremadamente barata (400 gr = 5’45€ en COOP), al menos puedo utilizarla más a menudo. Para la gente a la que le resulte difícil encontrar en su ciudad, tanto en tiendas especializadas, en herbolarios, etc… no le queda más remedio que buscar por internet ¡Al menos una vez en la vida! La experiencia es muy buena, tiene una textura muy suave y aroma a fruto seco increíble.

En fin, como es tan cara y era la primera vez que lo usaba, no quise hacerla completamente de harina de castañas, así que la mezclé con harina de teff. Y de paso, añadir una fruta que vi en el súper de oferta y nunca la había tomado al natural, solo en zumos y mezclado con otras de su especie. Entonces entendí porqué. Es taaan ácida, que es mejor no abusar de ellas solas.
A mi me encantan las frutas ácidas en los postres, así que tenlo en cuenta a la hora de añadir azúcar o miel, mis cantidades suelen ser bajas, intento añadir lo menos posible. Así que, si quieres puedes aumentarla un poco. Por supuesto, si no encuentras grosellas, puedes hacerla con otra fruta. Le puede ir muy bien cerezas (sin hueso), ciruelas en trozos grandes, frambuesas, fresas, albaricoques…



INGREDIENTES
  • 125gr de harina de castañas
  • 125gr de harina de teff
  • 120gr de panela
  • 90 gr de grosellas
  • 1 sobre de levadura seca
  • 3 huevos
  • 50ml de aceite vegetal
  • 60ml de leche (yo usé bebida de arroz)


PROCEDIMIENTO

Lo primero es encender el horno a 200ºC. Después, mezcla por un lado los ingredientes secos (las harinas y la levadura).
Por otro lado en otro cuenco grande, bate los huevos y echa la panela (azúcar, miel, stevia o…¡nada! ya vosotros controláis el dulzor que queréis). Batid bien para que se deshaga el azúcar y añade después el aceite y la leche. Podéis usar aceite de oliva, de sésamo o de coco. El de girasol no es recomendable someterlo a altas temperaturas y el de Argán tampoco, (aunque éste último es muy caro y no es fácil de encontrar). 
A continuación añade poco a poco la mezcla seca a la húmeda y remueve bien. Una vez que esta todo mezclado, vierte la masa en el molde rectangular típico de bizcochos. Si es de silicona no hace falta forrarlo con papel de horno, si es metálico siempre aconsejo hacerlo.

Ahora os digo como meter las grosellas y que no se vayan todas al fondo como me pasó a mí. Lleva un poquito de dedicación pero es la mejor manera, así te aseguras que quedan bien repartidas por todo el bizcocho y a diferentes alturas. De la otra manera, por el peso acaban todas abajo y puede que todas juntas en un mismo lugar.
Bueno, empieza por un extremo, deja caer la grosella en el lugar que quieres y con un palillo largo o el típico palillo de los pinchos morunos empujas suavemente hacia abajo ¡Tienes que visualizar en 3 dimensiones! Algunas las puedes meter en el mismo sitio o cerca pero no empujas tanto, la dejas más cerca de la superficie. Las vas empujando más arriba o más abajo para que queden bien repartidas por todos lados.
Una vez hecho esto, lo metes en el horno, a media altura a 200ºC, a los 10’ baja la temperatura a 180ºC durante 20’ más. En total son unos 30’, pero como siempre digo, controladlo porque cada horno es un mundo. Si véis que parece estar pero no ha llegado al tiempo que digo, no pasa nada. Hacéis la prueba del palillo. Con el mismo de haber empujado las grosellas o uno de comida china, por un lado lo metéis, si sale limpio y entra y sale fácil, es que está. Si sale lleno de masa pegada, es que aun le queda.

Una vez hecho, sacadlo del molde y dejad enfriar sobre una rejilla, para que el propio calor no humedezca el bizcocho y en cuanto se enfríe un poco….¡Ya te lo puedes comer! 




sábado, 10 de septiembre de 2016

Pastel de albaricoques


Puesto que se está acabando la temporada de frutos de verano, he decidido hacer una tarta de albaricoques. En mi casa no ha causado gran sensación, porque son muy golosos, pero a mi me ha encantado. 
El albaricoque le da un toque ácido que junto con la masa y la crema hace una mezcla perfecta. Es la típica tarta de "hora del té".
Ten en cuenta que en esta receta necesitas tiempo para enfriar la masa, mínimo son 30' y necesitarás un molde redondo de unos 25 cm de diámetro como mínimo. También lo puedes hacer cuadrado, lo importante es que tenga una base amplía. 

En esta receta, he usado por primera vez un ingrediente nuevo para mi, y es el Plantago Ovata o Psyllium. Las masas sin gluten suelen ser pegajosas y darles forma resulta más complicado que si se utilizaran harinas con gluten. Si se les añade cáscara de plantago ovata molida las masas se formarán mucho mejor y se podrán extender más fácilmente. El plantago no es solo una fuente muy rica en fibra sino que además hace más jugosos los pasteles y los panes consiguiendo, por ejemplo, que se desmigajen mucho menos.

Medicinalmente las semillas de esta planta tienen muchas propiedades, entre ellas limpia el sistema gastrointestinal, reduce el colesterol, ayuda a eliminar grasa, a bajar de peso, a la absorción de nutrientes, gastritis y úlceras...


INGREDIENTES

Para la base

  • 200 gr de harina de arroz
  • 100 gr de mantequilla (temperatura ambiente)
  • 50   gr de panela o miel
  • 1 cucharita de plantago ovata molida (psyllium)

Para la cobertura
  • 100 ml de leche
  • 70   ml de nata
  • 60   gr de panela o miel
  • 50   gr de avellanas en cubitos (o almendras)
  • 2 yemas de huevo
  • 4/5 gotas de extracto de vainilla
  • 4/5 piezas de albaricoques 


PROCEDIMIENTO

Lo primero de todo es poner el plantago ovata en 80 ml de agua y dejar a remojo 10'.
Mientras, en un cuenco pon la mantequilla a temperatura ambiente y la panela (o el azúcar que vayas a usar, si es miel intenta que esté en estado líquido) y bate bien hasta conseguir una mezcla homogénea. Si te resulta más fácil, añade el agua con el plantago ovata y mezcla a la vez, sino hazlo una vez que el azúcar se haya desecho bien. A continuación añade poco a poco la harina de arroz. Verás que se espesa como una masa de pan.
Cuando esté bien mezclada, haz una bola y envuélvela en film. Mételo en el frigorífico 30' al menos. Cuanto más dura esté la masa, más tiempo podrás manejarla para extender en el molde. Pero si está demasiado fría, se romperá...no pasa nada, con esperar un poco o amasar, la mantequilla enseguida coge temperatura y podrás trabajarla.

Enciende el horno a 220º, si tu horno es muy potente ponlo a 200º. Lava los albaricoques y córtalos por la mitad, quítales los huesos y resérvalos. Divide la masa en dos, reserva una parte en el frigo mientras trabajas la base.
Yo tengo un rodillo pequeño, pero te sirve perfectamente el de toda la vida o incluso lo puedes hacer con las manos.
Haz una bola y cháfala dándole forma de hamburguesa y ve aplastándola o pasándole el rodillo. Mucho mejor si le pones una capa de film y trabajas sobre ella de la misma forma. De este modo no se te pegará en las manos ni en los utensilios.
Haz una base con la forma del molde que vayas a usar. De un grosor aproximado de 7 mm, inferior a 1 cm. Pero no demasiado fina, luego con el calor mengua y no tendrá suficiente consistencia para aguantar la crema y los albaricoques.
Si necesitas más masa, coge de la otra mitad que reservamos en el frigorífico. Pero cuenta con que tenemos que hacer el borde y tiene que ser casi tan alto como medio albaricoque. 

Una vez tengas la masa puesta en el molde, reparte las mitades de albaricoque con la parte interna hacia arriba. Haz el dibujo con ellas que más te guste, yo las dejé en mitades y en los huecos metí albaricoque troceado. ¡No lo llenes mucho! hay que dejar espacio para la crema.

Mete la base con los frutos al horno precalentado, a media altura 10'. Mientras mezcla la nata, la leche, las dos yemas de huevo, el azúcar y la esencia de vainilla. Si no tienes, puedes echar canela. 
Una vez bien batido y después de los 10' de horno, saca el molde y vierte cuidadosamente la mezcla. Échala por diferentes puntos del pastel para que llegue por igual a todas las zonas. Ve llenando poco a poco, es posible que te sobre, o al menos a mí me pasó. Una vez lleno, mételo al horno de nuevo, a 200º a la misma altura 20'. A unos 5' de acabar, ponle las avellanas o almendras en cubitos por encima (yo no tenía y no pude ponérselas, pero mucho mejor con algún fruto seco).

Cuando veas que la crema está cuajada, casi sólida y ya han pasado los 20' aproximadamente (depende mucho de cada horno) sácala y déjala enfriar por completo antes de meter en el frigorífico. Cuando esté fría será cuando realmente la crema la veas densa.
En cualquier momento la puedes comer. Personalmente a mi me gustan templadas, pero a mi marido por ejemplo la encuentra más buena fría. 

¡Me he explayado mucho! Pero es muy sencilla. Y si eres un poco cocinillas, te habrás dado cuenta que la base de este pastel admite hacerla de diferentes maneras, puedes hacer lo mismo con otra fruta, poner chocolate, con diferentes cremas y frutos secos...
¡¡El caso es disfrutar!!




miércoles, 7 de septiembre de 2016

Mini donut de harina de avena y whey protein



Bueno, esta receta la hice con mi marido para el desayuno en nuestro día libre y fue todo un descubrimiento. Nos íbamos toda la familia de excursión y queríamos empezar el día con fuerza.
Mi hija y yo no solemos tomar este tipo de alimentos (y me refiero a la proteína), pero en ocasiones viene ideal. Esta mezcla es muy saciante, contiene muchos nutrientes y aporta carbohidratos. Es una mezcla ideal tanto para deportistas como si no. Con un desayuno así te preparas perfectamente para una actividad física o no tener a tus hijos pequeños pidiendo comida en cuanto te subas en el coche.

Obviamente, el que quiera hacer esta receta al más puro estilo fitness puede prescindir del edulcorante sin problema, incluso del plátano, no va a afectar demasiado en la masa. De este modo el sabor será más neutro e incluso si le añades sal puedes tomarlas con alimentos salados.

Si no tienes molde de mini donuts, no te preocupes porque puedes hacer tortitas. ¡Salen con una consistencia increíble! 


INGREDIENTES
  • 110 ml de leche de avena
  • 2 huevos
  • 1 plátano grande
  • 140 gr de aislado de proteína de suero en polvo
  • 220 gr de harina de avena
  • 4/5 gotas de extracto de vainilla
  • 2 cucharitas de miel (o edulcorante deseado)


PROCEDIMIENTO

En un cuenco grande o un vaso de batidora, echamos los huevos, la leche, el plátano cortado a rodajas, las gotas de extracto de vainilla, la miel o edulcorante y batimos bien.
A continuación, yo he vertido todo en un bol para ir añadiendo las harinas y remover con varillas. No con batidora. Ve echadoras poco a poco y alternando entre proteína y avena, así nos aseguramos que la mezcla es más homogénea.

Tengo por costumbre probar todo antes de cocinarse, y esta masa te puedo asegurar que está muy mala, pero después de hacerse en la sandwichera o en la sartén desaparece ese sabor amargo que creo que le da la avena (o puede que sea la proteína).
Con la cantidad de miel que yo he puesto no salen muy dulces. Pero lo hice con toda la idea porque pensaba ponerle mermelada o crema de cacao por encima y no me gustan los postres demasiado dulces. Pero podéis modificar eso a vuestro gusto. 

¡Prácticamente ya está! El que tenga molde de mini donut o similar ya está listo para usar. Sino, en una sartén que sepas que no se pegua, engrasa con un poquito de mantequilla o aceite y haces tortitas.
Después las puedes acompañar con dulce o salado, depende de lo fit que lo quieras hacer. Yo le puse chocolate, como habéis visto…¡y estaban buenísimas! 








sábado, 3 de septiembre de 2016

Bizcocho de harina de teff y trigo sarraceno con chocolate




¡Ya estoy de nuevo en la cocina! Tenéis que disculparme, por este parón tan grande, pero mudarnos de 3 países y experimentar con el horno me ha resultado muy complicado. De todos modos, he ido recopilando información y nuevas cosas que hacer para compartir con vosotros.

Tengo de decir que cada vez soy más permisiva con el azúcar, al igual que con los helados (cosa que he experimentado este verano con la Thermomix de mi madre) y he visto que químicamente actúa de una forma que prescindir de él supone que no salga igual de bien. De todos modos, elegir o no el modo de endulzar va a elección de cada uno. 

He descubierto una harina nueva (para mí, claro) que es la de Teff. Es un cereal de origen etíope. Tiene un alto contenido en hierro y proteína, y es una buena fuente de fibra y calcio. De hecho, es el cereal con mayor contenido de calcio. Y es libre de gluten. Investiga en internet, por ejemplo en la fantástica web de evamuerdelamanzana.com que lo explica muy breve y muy bien.

¡Así que a probar!



INGREDIENTES
  • 125 gr de harina de trigo sarraceno
  • 125 gr de harina de teff
  • 150 gr de chocolate negro para derretir
  • 110 gr de panela o edulcorante elegido
  • 110 ml de aceite de oliva o sésamo
  • 1 sobrecito de levadura
  • 3 huevos
  • Esencia de vainilla (4/5 gotas)


PROCEDIMIENTO

Enciende el horno a 180º. Mientras calienta al baño María el chocolate hasta derretirlo y deja enfriar un poco antes de mezclar. 

En un cuenco grande, mezcla las harinas y la levadura. Por otro lado, en otro cuenco bate los huevos, aceite y añade el azúcar y remueve bien hasta que quede bastante homogéneo. 
Yo he usado panela, pero puedes endulzar con lo que quieras, teniendo en cuenta que la miel endulza más y seguramente necesites menos cantidad. También dependerá de lo dulce que quieras el bizcocho. 
A esta mezcla le añadimos el chocolate derretido que se habrá espesado un poco (no dejes que esté demasiado denso o no podrás mezclarlo bien, se quedarán grumos). Añadimos también las gotas de esencia de vainilla. Si no tienes, puedes añadir de otros aromas como limón, naranja...o incluso canela en polvo.

A la mezcla húmeda, le vamos añadiendo poco a poco la mezcla seca (de harinas y levadura). 
Se va espesando notablemente. Como he dicho anteriormente, no es un bizcocho demasiado esponjoso, cosa que ya empieza a notarse en la masa cruda.
Una vez que esté todo bien mezclado, lo vertemos en un molde.
Yo usé uno rectangular, el típico, pero puedes usar el que quieras. Teniendo en cuenta de no llenarlo hasta arriba porque crecerá casi la mitad más.

Después lo metemos al horno y lo dejamos 30' a 180º a una altura media. ¡Llevad cuidado con las temperaturas! Cada horno calienta diferente, vosotros lo controláis mejor. Cuidado que no se queme, que al ser de color oscuro...¡puedes no darte cuenta!


Una vez hecho y enfriado puedes hacer varias cosas. Comértelo solo, como un bizcocho normal. Abrirlo por la mitad y ponerle mermelada de albaricoque. Yo no tenía de ese sabor, así que le puse de arándonos. O crema de chocolate (Nutella comúnmente conocida).

Personalmente, desde que descubrí la marca de Rigoni di Asiago no uso otra. Las mermeladas no están hechas con azúcar, sino con zumo de manzana. Y las cremas de chocolate están increíblemente buenas; sí llevan azúcar, pero no en su primer ingrediente. Además tienen una que no lleva leche.

¡Bueno, espero que disfrutéis tanto como lo hemos hecho nosotros en casa!





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