viernes, 30 de diciembre de 2016

Muffins de harina de castaña y mijo


¡Feliz Navidad! Qué poco queda para acabar el año. Seguramente sean las dos semanas más ajetreadas. Yo no he parado: que si comidas con una familia, que si ahora con la otra, cena con los amigos... y todo lleno de comidas que no suelo tomar en mi día a día, por no hablar de los turrones y dulces típicos llenos de azúcar venenoso y jarabe de glucosa.
¡En casa tenemos el estómago del revés! Por eso, siempre me encargo yo de llevar el postre. Así, me aseguro que lo que comemos es algo sano y además muy bueno.
Supongo que a muchos les pasará, que ya no tienen ganas de ver ni un mantecado más, ni un turrón ni nada por el estilo. Y solo pensar que aún queda por llegar el Roscón de Reyes, te da flojera. Bueno, pues mi aportación a estos días de 'estrés estomacal', es una buena magdalena (rellena o no) muy suave, SIN GLUTEN y con muy poco edulcorante. 
Hemos encontrado la receta perfecta de las "muffins-magdalenas". Realmente están buenísimas. No querrás hacer otras. Con este descubrimiento, me despido del 2016. 

¡Nos vemos el año que viene, pasadlo muy bien y disfrutad mucho! ¡Feliz año nuevo!


INGREDIENTES 
(Para 12 unidades de tamaño normal/pequeño)
  • 100 gr de panela
  •   85 gr de harina de castaña
  •   85 gr de harina de mijo 
  •   50 gr de mantequilla a tª ambiente
  •   80 gr de aceite de oliva
  • 2 huevos
  • Esencia de limón (o ralladura)
  • 1 cucharilla de psyllium
  • Medio sobre de levadura

PROCEDIMIENTO

Enciende el horno a 200ºC calor arriba y abajo. Y ten preparada la rejilla del horno fuera de él para poner los moldes de magdalenas (si son de silicona); si son de papel, tendrás que meterlas en una bandeja de magdalenas. En ese caso, deja la rejilla del horno dentro.
En un cuenco grande, bate los huevos y añade después la panela. Remueve muy bien para que se deshaga. Añade la mantequilla a tª ambiente (si no la tenías, puedes calentarla un poco al baño María sin que llegue a hervir) y el aceite. Echa la cucharadita de Psyllium y la esencia de limón y deja reposar.
Mientras, en otro cuenco mezcla las harinas y la levadura. Con ayuda de un tamizador o un colador fino, ve echando cucharadas de la mezlca seca sobre el tamizador y a su vez sobre la mezcla húmeda. Remueve muy bien la mezcla final. Que quede lo más homogéneo posible. 

A continuación, con ayuda de una cuchara, vamos echando masa en los moldes. Si las vas a hacer solas (sin relleno) no llenes el molde hasta arriba. Llena de masa dos terceras partes del molde. Si las vas a hacer rellenas de chocolate o mermelada, pon primero en el fondo del molde un poco de masa, luego el relleno en el centro (sin presionar) y luego un poco de masa de nuevo. Calcula que no llenes el molde entero, aunque quedará un poco más de lo que debería, no pasa nada. Puedes decorar por arriba con almendras laminadas, chocolate granulado...lo que quieras.
Mételas al horno a altura media unos 15'. No abras el horno hasta que creas que estén hechas. Si tu horno es muy potente, baja la tª a 180ºC. Crecen muy rápido y normalmente se abren por el centro. Vigílalas porque se pueden quemar muy rápido.
Una vez hechas, sácalas y déjalas enfriar un poco y....¡¡Listas para comer!!

En casa hicimos cada uno las suyas a su gusto. Yo con mermelada, mi hija con chocolate blanco de pastilla y mi marido con crema de cacao negro. Todas buenísimas. 

Recuerda, si no encuentras las harinas que utilizo, puedes escribirme y preguntar alternativas. Si ya has usado una mezcla de harinas sin gluten y le has pillado el truquillo, no hay ningún problema, puedes hacerlo igualmente. Incluso, si usas harina con trigo, saldrán todavía más grandes. Ya sea trigo normal o con harina de espelta, de kamut... ¡Saldrán muy buenas también!





miércoles, 21 de diciembre de 2016

Salame di cioccolato


Bueno, bueno. Al principio este postre me generaba cierto rechazo cuando lo veía en las tiendas y después leía “salame” seguido de mi cara arrugándose como el que chupa un limón (a sabiendas que era de chocolate). Tardé un poco en acostumbrarme e incluso en verlo gracioso. Pero esta receta de origen portugués va a dar un toque especial en tu mesa estos días de fiestas. 
Es muy sencillo, está muy rico y  llama mucho la atención. Y bueno…¡A los niños ni te cuento!

Investigando un poco, he leído que muchos lo utilizaban para aprovechar ciertos alimentos que iban sobrando con el paso de las fiestas. Que si un poco de almendras por aquí, que si unas galletas por allá, unos dátiles que trajo mi hermano de su viaje a Marruecos…lo juntaban y voilà!  Y yo he pensado….¿Porqué hacerlo de “restos”? Voy a hacer uno edición delux. Con los mejores ingredientes.
El mejor chocolate que puedas comprar. (Como sabéis, siempre uso uno al 75% de cacao o al menos uno que el primer ingrediente no sea azúcar). Una mantequilla de origen biológica. Unas galletas sin gluten, las que más te gusten y yo le añadí higos secos sin azúcar añadido.

Último consejo, sácalo del frigorífico unos 10’/15’ antes de comerlo. Dependiendo del calor que haga en tu cocina. Pero de éste modo, al partir las rodajas no se quebrará en pedazos. Tiene que estar duro pero que el cuchillo pase con cierta facilidad. ¡Ojo! tampoco blandurrio, que no deje mancha el chocolate en las manos.
Si quieres que en el plato sea más vistoso, puede acompañarlo de una bola de helado. Para los muy golosos, algo en plan vainilla, nata…pero uno de frutos secos como avellanas, pistachos o incluso frutos del bosque le pueden ir muy bien.

Pero el truco está en elegir ingredientes de calidad ¡y no te hará falta turrón alguno!



INGREDIENTES
  • 300 gr de chocolate
  • 120 gr de galletas sin gluten
  • 150 gr de almendras, pasas, higos secos...(elección al gusto)
  •   90 gr de cacao en crema (Nutella, Nocilla...)
  •   90 gr de mantequilla biológica


PROCEDIMIENTO

Lo primero, es tener la mantequilla a temperatura ambiente para poder manejarla. Con textura pomada. Después, trocea el chocolate y ponlo al baño María para derretirlo. Intenta que se haga despacio para que no hierva. Aun así, una vez derretido déjalo enfriar un poco antes de mezclar. 

Mientras, trocea las galletas, las almendras etc. Lo que hayas elegido. Puedes hacer los trozos al tamaño que más te guste, pero ten en cuenta que es posible que al remover todo se rompa un poco, así que no lo hagas demasiado pequeño. Puedes meter las almendras, piñones, pasas... enteras o puedes darle un par de cortes. Como más te guste. Resérvalo.

En un cuenco grande, trabaja la mantequilla. Con un tenedor quítale la forma de 'cubo' y déjala como una pomada. Después añade la crema de cacao y remueve bien. Luego añade el chocolate derretido y sigue mezclando. Por último, añadimos los trozos de galletas y frutos secos. Se hará una masa semi densa.

Bien, ahora extiende un buen trozo de papel transparente en una superficie plana. Yo aconsejo ponerlo doble. Así tiene más consistencia.
Después, poco a poco ve echando la mezcla en el centro del papel y extiéndelo hacia los extremos. Con la idea de hacer un cilindro o una serpiente, como dice mi hija.

Ahora hay que cerrarlo, como si fueses a liar un cigarrillo gigante. Dale el grosor y la largura que mas te guste o que parezca un salchichón de esos caseros. Seguramente necesites más papel transparente para cerrar la unión, porque tenderá a abrirse. Haz un nudo en un extremo y cuando consigas la dimensión apropiada, hazle otro nudo y precinta más si es necesario. Que quede apretado y compacto.

Una vez bien cerrado, coge hilo de cocina (de esos típicos para liar carne) y enrolla  al rededor. Empieza atándolo a un extremo, a uno de los nudos del papel y dale varias vueltas apretando un poquito, para que se marque. Intenta imitar un salchichón. Luego mételo al frigorífico.
Una vez duro, quítale con cuidado la cuerda y el papel transparente. Vuelve a ponerle la cuerda tal y como lo hiciste por los surcos que se han generado. Por último, para darle el toque final, puedes usar azúcar glass o un poco de harina y se la frotas por toda la superficie.

¡Ahora sí tendrá aspecto de salami! Guárdalo en el frigorífico y si lo puedes tapar con alguna fuente o similar, mejor. Así te aseguras que no le va a caer nada encima, ni mojarse.

Ya lo he dicho antes, pero recuerda sacarlo unos 10' antes de comer. Para facilitar el corte y disfrutar mejor de lo sabores. Atrévete con una presentación divertida y... ¡¡Listo!!
Disfrutad mucho y…!Felices fiestas!





miércoles, 14 de diciembre de 2016

Bizcocho doble chocolate


¡Buon giorno miei amici! Aquí os presento un bizcocho sencillo y muy rico. Yo os lo sugiero con una bola de helado de pistachos buenísimo. Pero si no queréis helado, podéis ponerle una mermelada, derretir chocolate blanco (que hará gran contraste de color) con frutos secos troceadas por encima y convertirlo en...¡triple bizcocho de chocolate!
O simplemente comerlo solo, que también está muy bueno, acompañando a un café o infusión es maravilloso. 

En casa siempre hay un bizcocho dando vueltas. Como siempre digo, eligiendo los mejores ingredientes es la mejor opción de comer algo dulce y sano cuando la 'gula golosa' aparece. 

¡Que paséis buen día!


INGREDIENTES
  • 2 plátanos maduros
  • 2 huevos
  • 120 gr de yogur
  • 110 gr de harina de mijo
  • 110 gr de harina de teff
  • 100 gr de chips de chocolate o troceado
  •   55 gr de cacao en polvo
  •   65 gr de panela
  •   90 ml de aceite de oliva
  • 1 sobre de levadura

PROCEDIMIENTO

Encendemos el horno a 180ºC calor arriba y abajo. En un cuenco, metemos los plátanos troceados y los chafamos hasta hacerlos lo más parecido a una papilla con ayuda de un tenedor o unas varillas. 
En otro cuenco grande, mezclamos los ingredientes húmedos. Es decir, batimos los huevos, echamos la panela o edulcorante elegido (y removemos muy bien), el aceite, el yogur y la papilla de plátano. Todo en este orden. Insistimos en esta mezcla par que quede lo más homogénea posible. 
A continuación, en otro cuenco, mezclamos los ingredientes secos. Las harinas, el cacao en polvo, la levadura y los chips de chocolate.
Ahora, poco a poco vamos añadiendo la mezcla seca a la húmeda removiendo con unas varillas. Una vez que está todo bien mezclado lo vertemos en un molde (forrado con papel de horno) de bizcocho tipo plumcake. Si tu molde es de silicona, no hace falta forrarlo con papel vegetal; si quieres, engrásalo con un poco de mantequilla o aceite y listo.
Lo metemos al horno a media altura durante unos 20'/30' aproximadamente.

Hay que llevar mucho cuidado con los bizcochos oscuros como éste. Porque no ves que se esté dorando demasiado. Obsérvalo a menudo y fíjate cuando empieza a crecer, en qué minuto empieza a rajarse y cosas así. Si por ejemplo ves que está muy abierto en la parte más alta y ya han pasado 20', hazle la prueba del palillo. Seguramente ya esté hecho. Pincha en diferentes zonas, sobre todo en el centro que es donde más tarda en hacerse.
Una vez hecho, sácalo del horno y espera un par de minutos que se enfríe antes de desmoldarlo. Luego sácalo y déjalo enfriar del todo sobre una rejilla. De este modo evitamos que con el calor se siga cociendo y con la humedad generada moje la base del bizcocho.
También es cierto que cuanto más caliente esté, hay más posibilidades de que se rompa. Pero bueno, lo manejamos con mucho cuidado y no pasa nada. No lo abras ni partas hasta que esté casi frío. 

Si lo vas a presentar como postre, una confitura por encima le va muy bien. Por ejemplo una compota de manzana, de albaricoque, ciruelas...a mi me gusta mucho el contraste de ácido y dulce; pero si eres muy goloso, puedes elegir otro chocolate, algún sirope, helado, etc.

Y la presentación...la dejo de parte de cada uno ¡hay que sacar esa parte artística que llevamos dentro! Espero que lo disfrutéis mucho.





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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Gnoquis de patata negra



¡Buenos días! Viendo que esta semana es diferente y muy 'pre-festiva'...¿No has pensado que es el momento ideal para poner en práctica esas recetas que aun no has probado hacer y quieres que sean perfectas el día del juicio final? Bien, pues yo añado una más a la lista. 
Los gnoquis de patata negra (o violeta). Es un plato sencillo, divertido y con ese color tan peculiar que tiene, le dará un toque sofisticado a tu mesa. 
Lo cierto es, que visualmente casaría mucho mejor con una salsa en tono claro. Una de queso roquefort con champiñones y nueces, o con una salsa de nata con bacon y brócoli....pero yo tenía que hacer esa, y lo cierto es que el contraste de colores no es del todo malo y el sabor le iba muy bien. Pero para que quede más bonito en el plato, la salsa debe ser más líquida. Perfectamente puedes hacer una bolognesa y aclarar con un chorrito de nata o simplemente que tenga más salsa de tomate que de carne picada.
Todo dependerá de, si usarás los gnoquis como plato principal o como acompañante  de una carne o pescado. En mi caso, es plato principal. Pero te puedes ahorrar la salsa y añadirlos al plato sustituyendo las típicas patatas asadas o el puré espeso de toda la vida.

Puedes hacerlos de la patata que quieras, no tiene porqué ser de la negra. El procedimiento es el mismo. Pero asegúrate que sea una patata para cocer. Que no sea de las nuevas, sino la vulgarmente llamada patata vieja, que es más harinosa y de carne amarillenta.
Yo elegí este tipo de patata porque jamás antes había visto una patata negra. Y la verdad, después de tenerla en casa y no saber qué hacer con ella, se me ocurrió hacer los gnoquis. Que también llevaba tiempo queriendo hacerlos.

¡Dos cosas nuevas a la vez! Cómo me divertí ese día. Ahora os toca a vosotros.

INGREDIENTES
(para 6 personas)
  • 300 gr de patata negra
  • 150 gr de harina de arroz
  • 150 gr de fécula de patata
  • 3 huevos
  • una pizca de sal
  • un chorrito de aceite


PROCEDIMIENTO

Lavamos las patatas y las metemos con piel en una olla con agua y sal a hervir. Sabremos que están cuando puedas atravesarlas con un cuchillo sin dificultad. Pero cuidado, no las tengas demasiado. Ve probando cada poco tiempo. 
Una vez cocidas las patatas, escúrrelas y déjalas enfriar un poco, lo suficiente para poder manipularlas sin quemarte. Entonces, quítales la piel.
En un cuenco grande, tipo ensaladera, mete las patatas peladas y aplástalas con un 'chafa patatas'. Si no tienes, puedes usar unas varillas, un tenedor e incluso las manos. Una vez hecho esto, te quedarás un rato mirando la masa. Es sorprendente el color morado intenso que tiene. Es precioso. Una pena que no mantenga esa intensidad hasta el final.

Los pasos que vienen a continuación, los he visto hacer de diferentes maneras, así que yo os explico cómo y porqué los hice así. 
En un cuenco mezcla la harina de arroz con la fécula de patata. Puedes usar la harina que quieras, pero que sea la más común posible. No sé cómo saldría con otra, tipo teff, castaña, mijo, garbanzos... la de arroz es la mejor y además es barata, fácil de encontrar y no tiene gluten.
En otro cuenco, bate los huevos y resérvalos. 
A continuación vamos a mezclar todo. Si buscas en internet verás fotos muy bonitas de un volcán de harina con los huevos en el centro, etc. Pero mi realidad es que no tengo una buena encimera para hacer eso. Así que lo he mezclado todo en una ensaladera muy grande y cuando la mezcla se ha convertido en masa, la he sacado y ya sí que la he trabajado en la encimera de la cocina previamente enharinada.

Ve añadiendo poco a poco de las dos cosas (harina y huevo batido). También añade un chorrito de aceite y sal. En éste paso, puedes añadir las especias que quieras. Como por ejemplo ajo molido, orégano, tomillo, comino...la que mejor le vaya a la salsa que vayas a hacer después. Lo ideal es amasar con las manos. Yo me puse unos guantes de latex, me lavé las manos con jabón y me puse a la faena. La verdad, clavar las uñas en algo que después me voy a comer, no me parece muy higiénico. 



Una vez que se ha hecho una 'masa', espolvorea un poco de harina en la mesa de trabajo y sácala del cuenco. Sigue amasando hasta que quede lo más homogénea posible.

Haz una bola y pártela en cuatro trozos. Coge un trozo y estíralo haciendo una serpiente de unos 2 cm de diámetro. Corta trozos de 3 cm de largo aproximadamente. Depende del grosor de gnoqui que quieras hacer. Yo probé de dos maneras, unos muy gordos y otros más pequeños. Obviamente, no los cocí juntos después. 
Para que no tengan ese aspecto de 'cuadradito' coge uno a uno, y muy suavemente, redondéalo. Haz el intento de hacer una bola con él, pero sin llegar a hacerlo. Porque después con el tenedor, para darle ese dibujo rayado se aplastará y se hará más largo.
Haz lo mismo con todos. Enharina cuando sea necesario tanto la mesa como la masa.
Ve apartándolos en una fuente donde no se amontonen. 



Cuando los tengas todos hechos, consérvalos en el frigorífico hasta que los vayas a cocinar. Perfectamente, los puedes hacer un día antes y guardar en un envase tapado. 

Para cocinarlos, pon una cacerola con abundante agua y sal. Cuando el agua hierva, échalos con cuidado y con la ayuda de una rasera. Cuando los gnoquis empiecen a flotar, cuenta unos 3'/4' de cocción y los sacas con la espumadera. Si tus gnoquis son más gruesos, dales más tiempo de cocción. Puedes sacar uno de prueba y si está en su punto, sácalos.
¡Ya están listos! Si son acompañantes, añádeles un chorrito de aceite y un alguna especia de hoja pequeña, como orégano o incluso semillas de amapola. 

Están muy ricos...lo único que tiene de malo, es que al cocer pierden ese color morado intenso. Pero aun así, siguen siendo vistosos y diferentes.
¡Espero que te gusten tanto como a nosotros!




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jueves, 1 de diciembre de 2016

Iglú de chocolate



¡Buenos días! Aquí os traigo una receta de una 'tarta' de chocolate sencilla y muy rica. Es evidente que el aspecto no es de los más bonitos, pero todo se puede arreglar. Os diré los fallos que tuve para que no os pase a vosotros y no tenga ese aspecto abombado, entre otras cosas (de ahí el nombre de iglú.)
El caso es que estaba en casa encerrada todo el día porque fuera llovía a mares, además varios días, y estaba aburrida de hacer siempre bizcochos. Me apetecía hacer algo más grande, más laborioso y por ende más goloso. Nunca antes me había puesto a estucar una tarta y el ansía y la gula me cegó no dejéndome ver los pequeños errores.

Los diferentes sabores en conjunto son deliciosos. Ya sabéis que no me gustan los postres demasiado dulces, pero si a ti sí, eso se remedia poniendo más cantidad de edulcorante o añadiendo algunos ingredientes azucarados. En el procedimiento os daré ideas de qué añadir.
Para el bizcocho me he basado en uno que ya hice, me gustaba la consistencia así que lo he repetido, per no le he añadido el boniato, pincha aquí y te llevará directamente a la receta. ¡Atención! He reducido las cantidades a la mitad ya que el molde es más pequeño y aunque ese bizcocho está hecho con harina de espelta, la puedes cambiar por cualquier otra harina sin gluten. Incluso, si ya dominas en casa un bizcocho con tus ingredientes favoritos, hazlo y salta directamente a los pasos finales. 

¡Vamos a ello!


INGREDIENTES
Para el bizcocho (molde de 18 cm)

  • 150 gr de harina de espelta (o harina sin gluten)
  •  80 gr de panela o edulcorante elegido
  •  50 ml de bebida de arroz (o cualquier otra)
  •  50 ml de aceite de oliva 
  • medio sobre de levadura
  • 2 huevos grandes
Para la cobertura
  • 100 gr de queso de untar (tipo Philadelpia)
  • 100 gr de chocolate
  •   90 gr de mantequilla a tª ambiente
  •   50 gr de panela
Mermelada de moras para el relleno. Puedes usar del sabor que más te guste.


PROCEDIMIENTO

Encender el horno a 180ºC. Realizar el bizcocho mezclando previamente los ingredientes secos por un lado y los húmedos por otro y posteriormente uniéndolos hasta conseguir una mezcla homogénea. Verter en un molde con papel vegetal de unos 18 cm aprox (si tu molde es más grande, realízalo con la cantidad de ingredientes que aparece en la receta original o añadiendo el doble de todo).
Introduce al horno la masa en el molde, a media altura  y  hornéalo aproximadamente unos 20' (dependiendo de la harina elegida). Hazle la prueba del palillo para encontrar el punto justo.
Una vez hecho, déjalo enfriar. A continuación debes rebanar el bizcocho por la mitad, pero para calcular la medida exacta antes debes dejar el bizcocho recto por arriba. Es decir, quitarles el copete. Si te ha pasado como a mí, que se ha abombado en el centro, debes cortar esa parte hasta dejarlo plano. Ese fue uno de mis fallos, no lo hice y por eso no pude cortarlo bien por la mitad, me quedó muy bajo y encima con forma redondeada. Un truco que me ha dicho mi amiga Fuen de la pastelería Socolá, es que utilice la base del bizcocho que es más plano para la parte de arriba y la de arriba abajo. 
Recopilamos: cortamos el copete del bizcocho (si te ha salido), después partimos el bizcocho por la mitad. En un plato o fuente (el definitivo) ponemos la parte de arriba cortada como base, después ponemos una buena capa de mermelada. También, si tu bizcocho es muy denso, puedes bañarlo un poco con un almíbar casero, con café, con Brandy o simplemente con leche. Encima ponemos del revés la parte de abajo del bizcocho y apartamos.

Pasamos a hacer la crema que recubre la tarta. 
La mantequilla tiene que tener una textura suave, tipo pomada. En un cuenco grande le añadimos la panela o edulcorante elegido. Lo ideal para estas cremas es ponerle azúcar glass, pero ya sabéis que no uso azúcar refinado y mucho menos azúcar blanca. 
Ponemos al baño María el chocolate, una vez derretido, lo dejamos enfriar un poco. Mientras mezclamos bien la mantequilla con la panela hasta conseguir una crema homogénea. Después añadimos el queso de untar y mezclamos bien. Por último, añadimos el chocolate al resto de la mezcla. Remover muy bien para que todo quede bien mezclado.

A continuación, pasamos a extender la crema de chocolate sobre la tarta. Con ayuda de una espátula tapamos todo el bizcocho. Finalmente, por arriba podemos decorar con lo que más nos guste o tengamos en casa. Pueden ser frutas, frutos secos picados, ralladura de chocolate  incluso (blanco o negro puro). 
La metemos al frigorífico y dejamos enfriar al menos 30'. Yo aconsejo sacar unos 10' antes de comer. No me gusta que la crema de la superficie esté tan dura.
El suave toque ácido del queso junto con el chocolate y el dulzor de la mermelada casan perfectamente. 
Seguramente os quede más bonita que la mía. Volveré a hacer otra, os lo aseguro. Mientras, disfrutad mucho con ésta.